Cómo rolar un spread de crédito sin quemar dinero: mi árbol de decisiones
Rolar por rolar es quemar dinero
Rolar una operación solo “para darle más tiempo” suele acabar igual: más riesgo, más comisiones y la misma idea mala, pero alargada. Si trabajas con spreads de crédito y riesgo definido, el rol puede ser una herramienta muy potente… o una forma elegante de aplazar la pérdida.
En este artículo te comparto el árbol de decisiones que uso para hacer el rol inteligente en spreads de crédito: cuándo rolar, cómo rolar y cómo medir si el cambio mejora de verdad la posición. Todo ello aplicado a estructuras de riesgo definido y con la ayuda del analizador de estrategias en ProRealTime v13 .
Las tres fuerzas que mandan en un spread de crédito
Antes de hablar de ajustes, hay que recordar de qué vive un spread de crédito:
Por un lado está el precio del subyacente: si se mueve a tu favor, el spread vale menos y puedes recomprarlo barato. Luego está el tiempo, que normalmente trabaja a favor gracias a la theta positiva: cada día que pasa sin sustos, parte de la prima se queda contigo. Y, por último, la volatilidad implícita: si se expande, puede comerse buena parte de la ventaja que te da el paso del tiempo.
Cuando ruedas sin un plan, lo más habitual es:
Aumentar el riesgo máximo sin cobrar suficiente crédito extra, posponer la pérdida varias semanas o meses, y acumular comisiones… sin mejorar la probabilidad real de que la historia termine bien.
Por eso, en mi flujo de trabajo, solo contemplo tres grandes tipos de rol, y todos parten de una idea central: si ruedo, tengo que cobrar más crédito o mejorar mucho la estructura. Si pago por rolar, tiene que ser por un motivo de peso, no por miedo.
Las tres formas de rolar un spread de crédito
A partir de un spread de crédito sencillo (put o call), mi árbol se reduce a estas tres ramas:
1. Roll out: solo en tiempo
Es el ajuste más simple: mueves la posición al siguiente vencimiento, manteniendo strikes o retocándolos muy poco. El objetivo es ganar más tiempo a favor sin empeorar el riesgo.
Tiene sentido cuando el precio sigue lejos del strike corto, la situación no está todavía en zona crítica y simplemente quieres que la theta siga haciendo su trabajo en un vencimiento posterior. Eso sí: lo ideal es que el rol te permita cobrar algo más de crédito, aunque sea moderado.
2. Roll out and down / out and up
Aquí ya no solo mueves el tiempo, también desplazas los strikes alejándolos del precio para rebajar la presión de la delta.
En las puts, alargar vencimiento y bajar strikes se suele llamar roll out and down. En las calls, alargar vencimiento y subir strikes es el roll out and up.
Es una de mis opciones preferidas cuando la delta del corto ya aprieta o ha tocado el strike: muevo la estructura más lejos del precio, recupero margen de seguridad y, si es posible, cobro crédito adicional. El objetivo es que, después del rol, la probabilidad de éxito vuelva a estar en un rango cómodo (por ejemplo, deltas de 0,10–0,20) sin disparar el riesgo máximo.
3. Convertir a Iron: de vertical a Iron Fly o Iron Condor
Cuando el movimiento en contra ha sido fuerte, tengo una tercera carta: añadir el ala opuesta y convertir el spread en una Iron Fly o una Iron Condor.
En la práctica, pasas de tener solo un spread de crédito en un lado a tener dos spreads en espejo. Esto me permite cobrar crédito extra por el lado donde el precio no está sufriendo y, al mismo tiempo, mantener el riesgo definido.
Es una solución que utilizo si el subyacente se ha movido mucho en contra del lado original y necesito “algo más de gasolina” para compensar, pero sin ampliar el riesgo nominal. Regla de oro: nunca quitar la pata larga; el riesgo máximo debe seguir claro y acotado.
Cuándo me planteo rolar: mis disparadores clave
No se trata de improvisar ajustes, sino de tener disparadores objetivos que digan “ahora toca decidir”. Los que más peso tienen en mi árbol son estos:
1. Delta del corto en torno al 30 %. Es uno de los avisos más conocidos: cuando la delta de la opción vendida se acerca a 0,30, el precio está entrando en zona incómoda y tiene sentido valorar rol o cierre.
2. El precio toca el strike corto. Si el subyacente ha llegado a la zona de strike del corto, ya no estamos hablando de “susto”, sino de prueba directa del nivel que define tu rango.
3. Pérdida no realizada ≥ 150 % del crédito cobrado. Si la pérdida flotante supera con claridad el crédito que recibiste inicialmente (por ejemplo, un 150 %), es una señal clara de que la idea original ha dejado de tener sentido.
4. Quedan uno o dos días para el vencimiento. Aunque la theta juegue a favor, la gamma se dispara y cualquier movimiento brusco puede dañar mucho la posición. En esos días finales, prefiero ampliar margen o cerrar antes de que llegue el último giro.
Cómo elijo entre roll out, roll out & down/up o convertir a Iron
Con los disparadores en mente, la elección suele seguir un esquema sencillo:
Si el precio sigue lejos del strike corto y solo quiero más paso del tiempo, la primera opción es el roll out: alargar vencimiento, quizá ajustar un poco los strikes y asegurar que sigo cobrando algo de crédito extra.
Si la delta aprieta o el precio ya ha tocado el strike, entro en modo roll out and down / out and up: alargo el vencimiento y alejo los strikes para recuperar espacio de seguridad y bajar de nuevo las deltas, siempre vigilando el riesgo máximo.
Si el movimiento en contra ha sido demasiado fuerte y necesito más crédito para compensar, entonces me planteo convertir en Iron: añadir el ala opuesta, cobrar prima extra en el lado tranquilo y mantener el riesgo definido. Es la opción más “quirúrgica”, pero también la que exige conocer bien cómo cambia el payoff completo.
Todo el árbol sobre el gráfico y la cadena de opciones
En el día a día, todo este árbol de decisiones vive sobre el gráfico del subyacente y la cadena de opciones en ProRealTime v13 .
En el gráfico marco soportes, resistencias y las zonas donde están mis strikes cortos y largos. Después, en el analizador de estrategias, simulo los distintos roles: roll out, roll out & down/up, conversión a Iron… y comparo nuevo crédito, nuevo riesgo máximo y nueva zona de beneficio.
Solo si el rol mejora claramente alguno de estos tres: probabilidad, rango útil o relación crédito/riesgo, tiene sentido. Si no, prefiero cerrar, asumir la pérdida y dejar de darle vueltas.
Qué deberías recordar antes de tocar el botón de “rolar”
El rol no es una varita mágica, es una herramienta de gestión. Si la usas sin plan, tiende a agrandar problemas; si la integras en un árbol de decisiones claro, te ayuda a proteger capital y a dar más vida a las operaciones que todavía tienen sentido.
Con tres tipos de rol bien definidos, unos cuantos disparadores objetivos (delta, pérdida, días a vencimiento) y una plataforma donde puedas visualizar el antes y el después —como ProRealTime v13— dejas de rolar “por costumbre” y pasas a tomar decisiones medibles.

