¿Se está acabando el ciclo del dólar fuerte? Así lo miro yo antes de tocar mi cartera
Una pregunta sencilla… pero decisiva para tu cartera
La duda es muy fácil de formular: ¿se está terminando el ciclo del dólar fuerte? Pero la respuesta tiene consecuencias profundas para casi cualquier cartera, especialmente si vives en Europa y piensas en euros.
En Campus Opciones suelo resumirlo así: si el dólar se fortalece, determinados activos en dólares lo hacen mejor; si el dólar se debilita, el protagonismo cambia de manos. Por eso en este artículo te comparto las tres señales que utilizo a la hora de evaluar en qué punto del ciclo del dólar estamos y si tiene sentido ajustar exposición.
Por qué el dólar te afecta aunque nunca hayas operado EUR/USD
Aunque no operes Forex, si tienes activos en dólares (acciones americanas, ETFs, bonos de EEUU, materias primas cotizadas en USD…) el ciclo del dólar te afecta en dos frentes:
Por un lado, está el efecto divisa: si el dólar sube frente al euro, tus activos en USD valen más al convertirlos a euros; si el dólar se debilita, ocurre lo contrario. Por otro, está el efecto en el apetito por riesgo global: un dólar muy fuerte suele ir asociado a tensión financiera, mientras que un dólar más débil suele favorecer a emergentes y materias primas.
En otras palabras, no es solo una cuestión de gráfico EUR/USD: es una pieza más del rompecabezas de cómo se va a comportar tu cartera en los próximos meses.
Señal 1: el futuro del Dollar Index y la media 200
La primera señal que miro es muy visual y muy sencilla: el futuro del Dollar Index (el contrato del índice del dólar frente a una cesta de divisas principales), con una media móvil ponderada de 200 periodos.
En una plataforma como ProRealTime , cargo el gráfico del futuro del dólar y le superpongo esa media 200. A partir de ahí, la lectura es directa:
Mientras el precio se mantenga de forma consistente por encima de la media, acepto que el sesgo estructural del dólar es alcista. Si el precio perfora la media y se mantiene por debajo, el sesgo pasa a ser bajista. No es magia, pero me da un marco claro para no pelearme con el movimiento de fondo.
Señal 2: la “regla de los dos años” entre EEUU y Alemania
La segunda señal tiene que ver con los tipos de interés a corto plazo. Miro el diferencial entre el bono del Tesoro de Estados Unidos a 2 años y el Bund alemán a 2 años.
Si el rendimiento del Treasury a 2 años está claramente por encima del del Bund y ese diferencial se amplía de forma sostenida, el mensaje es que el dólar tiene viento de cola: el capital global es premiado por aparcar dinero en activos en dólares.
Si en cambio el diferencial se estrecha de forma persistente, o incluso se da la vuelta, la ventaja relativa de Estados Unidos se reduce y el dólar pierde atractivo. No hace falta que se mueva cada día, lo importante es el tendencial de ese spread.
Señal 3: cuatro datos macro frente al consenso del mercado
La tercera señal es un pequeño cuadro de mando con cuatro datos macro estadounidenses comparados con el consenso del mercado. Los que suelo vigilar son:
1. Las nóminas no agrícolas (creación de empleo).
2. La inflación subyacente (sin alimentos ni energía).
3. El ISM de servicios.
4. Las ventas minoristas.
Si en el último mes tres de estos cuatro datos salen mejor de lo esperado y Europa no sorprende especialmente al alza, el dólar suele tener impulso adicional: la narrativa es de una economía americana más sólida.
En cambio, si tres de los cuatro salen peor de lo esperado y Europa empieza a batir previsiones, es razonable pensar que el dólar puede perder fuerza en los siguientes tramos.
El objetivo no es construir un modelo académico, sino tener una lectura práctica para decidir si quiero más o menos exposición a activos en dólares.
Cómo lo traduzco en decisiones de cartera desde Europa
Con estas tres señales, lo que hago es clasificar el entorno en dos escenarios simples:
Si el dólar está en ciclo fuerte (Dollar Index por encima de la media 200, diferencial de 2 años a favor de EEUU y datos macro sólidos), tiendo a estar más cómodo con:
más exposición a activos en dólares, y menos peso en emergentes y materias primas, o al menos siendo muy selectivo.
Si el dólar entra en fase de debilidad (precio por debajo de la 200, diferencial que se estrecha y macro que flojea), tengo más argumentos para:
ir rotando parte de la cartera hacia activos que suelen beneficiarse de un dólar más blando: emergentes, determinados sectores cíclicos y materias primas.
Cómo expresarlo en mercado si no operas Forex directo
Muchos brokers —y si trabajas con ProRealTime con Interactive Brokers ya lo sabrás— tienen limitaciones regulatorias para operar Forex spot directamente.
Eso no significa que no puedas plasmar tu visión. Tienes alternativas como:
1. Los futuros: por ejemplo, el futuro del euro/dólar o el propio futuro del índice del dólar. Son instrumentos regulados, con cámara de compensación y se integran bien en el flujo de trabajo habitual de futuros y opciones.
2. ETFs y productos cotizados ligados al dólar, que permiten ajustar exposición a la divisa sin entrar en el mercado spot clásico.
Todo el análisis previo —gráficos, medias, niveles clave— lo sigo haciendo en ProRealTime; luego ya decido si la mejor forma de expresarlo es vía futuros, opciones o simplemente con ajustes en la asignación de activos.
Qué te deberías llevar de todo esto
El ciclo del dólar fuerte o débil no es un titular de prensa más: es una de esas variables que, en segundo plano, van condicionando el comportamiento de muchas piezas de tu cartera.
Con tres herramientas muy concretas —gráfico del Dollar Index con media 200, diferencial del bono a 2 años EEUU–Alemania y cuatro datos macro clave frente al consenso— puedes tener un mapa razonable de en qué fase estamos y ajustar tu exposición con criterio.
Y, como siempre, la idea no es adivinar el futuro al milímetro, sino dejar de ir a ciegas con una variable que pesa mucho más en tu patrimonio de lo que parece a simple vista.

