Lo que he visto una y otra vez
Durante años, entre clientes, amigos y familiares, he repetido las mismas preguntas básicas… y la mayoría no tenían respuesta. De ahí sale esta lista: 12 trampas reales que he visto cometer una y otra vez. Si te suenan, no estás solo: la buena noticia es que también tienen salida.
Nota personal: mi análisis y ejecución los hago a diario con ProRealTime. Me ayuda a ver claro el contexto y a ser disciplinado con el plan.
1) Empezar sin un “para qué”, sin plazo y sin cifra
Antes de comprar nada, define el motivo (p. ej., entrada de una vivienda), el plazo (5–6 años) y la cantidad que quieres alcanzar al final. Sin ese triángulo, cualquier movimiento se convierte en ruido.
2) Falsas expectativas de rentabilidad
Tras años de boom tecnológico, a muchos un 15 % anual les “parece poco”. No confundas una racha con la norma. Ajusta expectativas a la realidad del mercado y a tu horizonte; evitarás frustraciones y decisiones precipitadas.
3) No investigar el negocio
“Nunca inviertas en un negocio que no entiendas”. No hace falta memorizar balances, pero sí conocer lo básico: sector, modelo de ingresos, márgenes, deuda, equipo directivo y cualquier evento relevante (splits, ampliaciones).
4) Desconocer tu aversión al riesgo
¿Cuánto te incomoda perder un 10 %, un 15 % o un 20 %? Saberlo por adelantado cambia cómo construyes la cartera y cómo reaccionas cuando llega la volatilidad. Más vale medirlo en frío que descubrirlo en pleno temporal.
5) Pánico en las curvas
Define antes qué harás si tu cartera cae “X”. ¿Reducir, mantener, añadir? Decide el protocolo cuando estás sereno. La improvisación en rojo suele salir cara.
6) Cambiar de estrategia cada dos por tres
Hoy intradía, mañana swing, pasado largo plazo; ahora futuros, ahora nada… Esa montaña rusa impide que una estrategia madure. Elige marco temporal, instrumentos y reglas; síguelos a rajatabla.
7) No mirar comisiones ni la calidad de ejecución
“Gratis” no existe. Plataformas y brokers tienen que vivir de algo: spreads, rutas de órdenes y plazas de mercado marcan diferencias. Si solo hay una plaza, no esperes “mejor precio” fuera de ella. Comprueba lo que pagas (y lo que no ves).
8) No invertir con regularidad
La constancia (mensual, semanal, lo que puedas mantener) aporta disciplina y quita presión al “timing”. La estadística está de tu parte cuando la aportación es sistemática.
9) Diversificación mal entendida
Tener cinco bancos no es diversificar. Reparte por sectores, geografías, divisas… y piensa también en dónde custodias tus activos. No pongas todas las cestas en la misma “mesa”.
10) Esquivar el interés compuesto
Cobrar “beneficios” todos los meses descose la magia del compuesto. Deja trabajar al capital el mayor tiempo posible; es así como el crecimiento se vuelve exponencial.
11) Olvidar a Hacienda
Las plusvalías se declaran. Más de uno se ha llevado un susto al final del año por no reservar nada. Anticipa ese flujo y evita vender a última hora para “cuadrar”.
12) Obsesionarse con clavar el mínimo
Sobre el papel todo encaja: “si hubiera comprado aquí, habría ganado tanto…”. En directo, nadie acierta siempre. Perseguir el punto perfecto te aleja del plan. Mejor una metodología repetible que un tiro imposible.
Qué me llevo (y qué te propongo)
Estas 12 trampas no desaparecen solas: se neutralizan con objetivos claros, reglas simples y una plataforma que te ayude a cumplirlas. Yo gestiono todo desde ProRealTime, donde puedo revisar el contexto, medir riesgos y ejecutar sin perder de vista el plan.